Mudanza #10

Después de muchos días de trabajo hemos finalizado la mudanza que relocalizó a la familia un poco más cerca de nuestro lugares habituales.

Curiosamente, tanto para Marisa como para mí es la décima mudanza que afrontamos en nuestras vidas, aunque solo la tercera en común.

Cada vez el proceso es más complejo. Cuando era niño, las mudanzas familiares eran solo divertidas, pues los adultos se encargaban del asunto. Luego, cuando comencé mis propias mudanzas, tampoco era complicado pues solo era cuestión de trasladar las pocas pertenencias que me acompañaban.

Ahora, con una familia a cargo, son demasiadas las cosas que uno acumula. Hay que aprender a vivir más simplemente, con menos cosas que en el fondo no son necesarias.

Tal vez para la próxima mudanza alcance a aprender esto.

Quiero agradecer a todos los que nos dieron una mano en estos días. Ellos son, en orden aleatorio, Julieta, Pablo, Ramiro, Celeste, Luis, Andrés, Betty y Diana; y Facundo y mamá a la distancia. En el time lapse que acompaña esta entrada puede verse el arribo principal de muebles y cosas, y el aperitivo posterior, comprimiendo poco más de 2 horas en menos de tres minutos.