Un nuevo punto de vista

Por lo general, hemos tratado de ser padres permisivos con nuestros hijos. No obstante, en algunas cuestiones pudimos mantener una posición inflexible. Una de estas es, particularmente, la cuestión de la seguridad en el tránsito.

Flor viajó en el asiento trasero del auto siempre, hasta que cumplió doce años. Le explicamos los riesgos de viajar adelante, y ella comprendió perfectamente. Nunca insistió en pasarse adelante. Le prometimos que al cumplir doce podría comenzar a viajar en el asiento del acompañante, siempre que ese lugar no esté ocupado por Marisa.

Finalmente llegamos (demasiado rápido) al compromiso asumido, y ahora ella disfruta de un nuevo punto de vista en los viajes.