El pasado sábado fue el primer cumpleaños de Ignacio. Pese a que ni Marisa ni yo somos simpatizantes de la idea de festejar los cumpleaños, este primer año de Nacho empezó y terminó con invitados circunstanciales en casa.
En la tarde de ayer, la Selección Argentina disputó su primer encuentro del mundial 2006.
Estamos ahora en un período de profundo patriotismo, en el que los colores de la bandera se ven por todos lados.
Parte de las vacaciones de verano 2006 las pasamos en San José, sobre la costa del río Uruguay, en la casa de los padres de Marisa.
Es una de las pocas veces en que Flor y Nacho se encuentran con sus primos de allá, aprovechando para gastar energía en la playa, y jugando todo el tiempo.
Una mañana en que nos movíamos en familia cerca del Hospital Italiano, Marisa, Florencia e Ignacio fueron a un kiosco a comprar una Coca Cola.
Ignacio iba en su coche, poniendo la mejor cara de bebé que aún tiene.
Durante las vacaciones de verano 2006 disfrutamos de las espléndidas comodidades de una quinta ubicada en las inmediaciones de Paraná (más precisamente, en Oro Verde).
Los días fueron variados, con sol y lluvia.
En la última compra del año, algo superpuesta con las navideñas, la cúpula familiar (Marisa y yo) decidimos invertir en una impresora multifunción.
Durante todo este año estuvimos a punto de hacerlo, pues desde el inicio de las actividades de Flor en el Jardín, sumada a mi incorporación a la UTN en la segunda mitad del año, tener capacidad de impresión se ha vuelto una necesidad.
Los primeros días de vida deben ser indudablemente los más felices. Lo más grave que puede pasarnos es que la teta no llegue inmediatamente después de que rompimos en llanto.
Suele ser habitual durante los fines de semana mirar algo de deporte en TV. Lo clásico es ver tenis, y de paso aprovechar para estimular el gusto por el tan noble (y redituable) deporte en Flor, y ahora, como se aprecia en la foto, también en Ignacio.
Esta es una de las primeras imágenes de la nueva configuración familiar: Flor y Nacho en primer plano, Marisa y yo detrás.
Nuevos desafíos y futuros por construir.
Un muro sólido.
En estas fotos, capturadas por Marisa con la webcam, puede verse con qué tranquilidad se toma Ignacio los primeros días posteriores a su nacimiento.
Lo único que le importa es tener a mano su alimento (o sea tetas) en el momento en que lo necesita.